Entrevistas CADDA

Un deportista argentino que busca sus propios medios para competir

Nadando a la deriva 


Famoso por ser pizzero, Ulises Cazau es un nadador argentino de 18 años con una proyección para llegar a los Juegos de 2028. Siempre ha mostrado un gran compromiso y una enorme pasión por el deporte. Demostrando su amor y dedicación, fue capaz de emprender un negocio de verano como pizzero para financiar un viaje de competencia, y recientemente organizó una rifa para costear otro viaje.

Esto refleja el esfuerzo constante del nadador, que debería enfocarse en entrenarse al 100% aunque la realidad le obliga a buscar sus propios medios para poder competir a un máximo nivel: situación que ocurre con la mayoría de los nadadores de su nivel.

- ¿Cómo llegó Ulises Cazau a ser lo que es hoy en día?

- Yo arranqué a nadar desde muy chico como la mayoría, en principio para aprender a defenderme del agua. Me mandaron mis viejos, fue todo por obligación, no fue por voluntad mía. Luego pasé por varios deportes, la natación no fue el único que realicé en mi vida. Pasé por fútbol y básquet. A los 11/12 años volví a la natación, pero más por mi voluntad. Había unos amigos que nadaban y se armaron relevos o postas, que es una parte del deporte que me gusta mucho. Desde esa edad me interesaba y empecé a entrenar en el club Montego de La Plata, que es donde estoy hoy en día. Bueno, fui mejorando mi técnica, empecé a competir en torneos locales, después provinciales, y me quedé ahí hasta la pandemia. Después de la pandemia tuve una pausa porque las piletas estaban cerradas, pero cuando volví, los resultados se terminaron dando bien y empecé a participar en torneos internacionales. A la vez, en estos torneos, tuve una actuación bastante buena, empecé a conseguir mis premios, podios nacionales, y ya en 2023 fue un año muy bueno para mí, en el que pude representar a Argentina dos veces: en Brasil y en el campeonato sudamericano. Este año también empecé a bajar mis marcas y romper récords de la categoría, llegando a donde estamos ahora.

- Y vos, ¿En qué momento dejaste de ver la natación como una obligación y empezaste a verla más como un hobby?

- Yo a eso lo llamaría un punto de quiebre y creo que puedo encontrar varios a lo largo de mi carrera. No sé si fue el hecho de dedicarme, pero algo que me impulsó bastante para empezar a ponerme objetivos en el deporte fueron los Juegos Bonaerenses, en los que participé en tres ediciones. Mi primera fue a los 13 años, pero no entré por natación, sino que lo hice por acuatlón, que es una disciplina en la que tenés que nadar y correr. Yo pasé a la final, que se realiza en Mar del Plata, donde encontré un ambiente muy lindo que fomenta mucho el deporte. Como de acuatlón no van muchos, me mezclaron con los chicos de natación y, desde ese momento, empecé a rodearme de muchos nadadores de La Plata. Al finalizar mi competencia, me quedé a presenciar la final de natación y allí fue donde me planteé mi primer objetivo en el deporte: lograr clasificar al siguiente año a Mar del Plata, pero esta vez en natación.

- Después de toda esta progresión que tuviste, obteniendo la oportunidad de poder representar a Argentina ¿Qué se siente representar al combinado nacional?

- Bueno, yo creo que representar a la selección es un orgullo, una experiencia muy linda. También lo veo como representar a la gente, eso te genera una presión de más y, obvio, siempre querer dejar estos colores en lo más alto es lo que nos mueve a todos, ya sea individualmente o de forma colectiva. Genera una intensidad diferente que competir solo para tu equipo.

¿Es autofinanciado para otros competidores de otras selecciones los torneos de selecciones juveniles? 

- Este año me tocó ser convocado al Pan-Pacific Junior, que se realiza en Australia y es autofinanciado para nuestro país. Por suerte, se me presentó la movida de las rifas gracias a gente que se solidarizó con la idea, y se viralizó muy rápido. Gracias a esto pude financiar el viaje y sacarme de encima un peso tan importante para un viaje así. En este viaje me encontré con nadadores de otras selecciones y me enteré de que para ellos, con el simple hecho de clasificar, ya no se tenían que preocupar de otra cosa que no fuera entrenar.

- Teniendo en cuenta todos los costos que conlleva poder participar de un torneo además de la estadía y los pasajes, ¿Cuánto estaría rondando el equipamiento? 

- El equipamiento del deporte es lo más caro. Las mallas de competición cuestan unos 250 USD, más o menos, y tienen 8 usos en teoría. Yo tengo mallas con 40 usos, pero eso no es lo recomendable. Generalmente, si querés hacer tu mejor marca, deberías utilizar una malla nueva. Por suerte, hace poco me contactó una marca, BAOCS, que ya me acercó indumentaria para competir. Esto me trajo tranquilidad porque significa un gasto menos del cual hacerme cargo.

© 2024
 CADDAGonzalo Miranda Palacios, Gaspar Oviedo, Marco Roberti e Ignacio Zubiaga
 ENARD:
 Catalina Astoviza, Juana Robbio, Constanza Barrientos y Milagros Amorosino.

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